miércoles, 18 de julio de 2007

El sitio de la Mezquita Roja y los gritos de los sufrientes

Lecciones de la tragedia de Lal Masjid
El sitio de la Mezquita Roja y los gritos de los sufrientes

Robert Jensen
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Islamabad, Pakistán. Durante mis primeros tres días en Pakistán, ninguna conversación pudo durar más de unos pocos minutos sin una referencia a la crisis en el complejo de Lal Masjid (Mezquita Roja). Había aterrizado en Islamabad el 8 de julio, y en ese momento parecía evidente que las fuerzas del gobierno terminarían por tomar por asalto la mezquita y el seminario femenino anexo para terminar la confrontación con clérigos fundamentalistas y sus partidarios.

El ataque final terminó por ser desatado mientras dos compañeros y yo conducíamos a Lahora como parte de una gira de conferencias. Durante varias horas de intensa discusión en el coche, me suministraron antecedentes y detalles que explicaban la verdadera tragedia del conflicto.

Cuando las noticias del ataque final llegaron a través de los teléfonos móviles todos guardamos silencio, y lloramos en silencio – por los muertos y por las oportunidades perdidas, como expresión de nuestro pesar y de nuestro miedo.

En los medios noticiosos occidentales e incluso en gran parte de la prensa paquistaní, la historia fue incriminada como si demenciales fuerzas islamistas radicales estuvieran desafiando a fuerzas gubernamentales relativamente moderadas. Por cierto, los dos hermanos que dirigían la mezquita predicaban una interpretación del Islam extremadamente reaccionaria y a veces violenta. Ninguno de los que íbamos en el coche – dos musulmanes y un cristiano, todos progresistas en nuestro pensamiento teológico y político apoyaba semejantes puntos de vista.

Pero no era el fin de la historia. Farid Esack, uno de los teólogos musulmanes más progresistas del mundo, que estaba en Pakistán para enseñar y dar conferencias, y Junaid Ahmad, un activista paquistaní-estadounidense y estudiante de derecho que dirigía la serie de conferencias, señalaron ambos que se estaban pasando por alto aspectos socio-económicos de la historia.

Aparte de los llamados a favor de la ley sharia bajo un Estado islámico fundamentalista, los imanes de Lal Masjid, Abdur Rashid Ghazi y Mohammed Abdul Aziz criticaban la corrupción de las elites política, militar y económica paquistaníes, subrayando las condiciones de vida de los millones de paquistaníes que viven en la pobreza. Como en la mayoría de las sociedades del Tercer Mundo, la brecha de la desigualdad en este país se ha ampliado en los últimos años, a medida que prosperan los que hallan su sitio en el proyecto económico neoliberal dominado por EE.UU. a pesar del sufrimiento de la mayoría de la gente de a pie, especialmente los pobres.

“Podemos rechazar los aspectos yihadistas y patriarcales y a pesar de ello reconocer que esta filosofía fundamentalista contiene un llamado por la justicia social, un desafío a la búsqueda del poder y a la codicia de las elites,” dijo Esack, autor de “Qur'an: Liberation and Pluralism.” [Qu’ran: Liberación y Pluralismo.” “Cuando hablé con Ghazi, quedó claro que constituía una parte importante de su pensamiento, y es igualmente claro que el atractivo de esa teología es amplificado por la falta de llamados significativos por la justicia de otros sectores de la sociedad.”

Esack, que enseña en la Escuela de Divinidad de Harvard y es un ex comisionado nacional de igualdad de géneros en Sudáfrica, había estado visitando regularmente la mezquita y hablando con Ghazi y otros en su interior hasta que las fuerzas gubernamentales acordonaron el área unos pocos días antes. Nativo de Sudáfrica que participó en la lucha contra el apartheid, Esack pasó gran parte de su infancia en Pakistán en una madraza, donde fue compañero de clase de Aziz. Contrariamente a la imagen mediática de Ghazi, el clérigo tenía un programa más amplio y quería saber más sobre cómo se podría estructurar un Estado islámico para asegurar la igualdad económica, dijo Esack.

“Mi visión de una política inclusiva influenciada por valores islámicos progresistas es muy diferente de la de Ghazi, por supuesto, pero su teología no debiera ser reducida a una caricatura, como lo hicieron tan a menudo, especialmente en Occidente,” dijo Esack.

Ahmad destacó que otra parte crucial de la historia tiene que ver con la economía, específicamente la tierra. Los informes en la prensa se concentraron en las actividades provocadoras de estudiantes y partidarios de miembros de Lal Masjid que amenazaban a propietarios de tiendas de vídeo, hacían incursiones en burdeles y chocaban con la policía, pero una causa subyacente del conflicto fue la existencia de mezquitas “no autorizadas.” Muchas de esas mezquitas y madrazas habían sido construidas sin permisos en terrenos públicos no aprovechados en Islamabad. A medida que la ciudad se ha abarrotado más y los urbanizadores consideraban esos terrenos para edificios comerciales, el gobierno tomó el paso arriesgado de destruir algunas de esas mezquitas (aunque los numerosos proyectos no religiosos, generadores de beneficios, también construidos sin permisos, permanecían sin ser afectados.) Los clérigos protestaron, aumentando la intensidad del conflicto de Lal Masjid.

Esack y Ahmad estuvieron de acuerdo en que otro aspecto de la crisis que ha sido más ignorado por la prensa fue el hecho de que los eventos tuvieran lugar en Islamabad, centro de los elementos más seculares/liberales y privilegiados de la sociedad. Aunque esos liberales pueden ignorar semejantes movimientos y conflictos en las provincias exteriores, muchos consideraron ofensivo que un incidente tan embarazoso pudiera ocurrir en la capital, donde el mundo terminaría por prestar atención.

“Se nos habla de como esto afecta negativamente la imagen de Pakistán, sin comentar sobre las vidas de los paquistaníes de a pie y la sustancia de lo que es el país.” dijo Ahmad. “En lugar de hablar de esos temas fundamentales de justicia, mucha gente quería que se acabara el incidente para evitar que se empañara más la imagen del país. Es como la obsesión que tiene EE.UU. de lograr un simple cambio de su imagen en el mundo musulmán sin reconocer la injusticia de sus políticas.”

En la construcción de esa imagen, generalmente no mencionan la realidad de las vidas de la gente en Lal Masjid. A medida que se desarrolló la crisis y algunos de los estudiantes de la madraza abandonaban el complejo, el gobierno les dio algún dinero y les dijo que se fueran a casa.

“El problema, es que muchos no tenían casas a las que ir,” dijo Ahmad. “Sea cual fuese la teología reaccionaria de Lal Masjid, la mezquita ofrecía un albergue para muchos desposeídos o de familias pobres. Si la economía ignora a la gente y el Estado no da nada, ¿dónde va a ir?

Mi viaje a Pakistán había sido organizado meses antes; mi presencia allí durante esta crisis fue por coincidencia. Durante toda mi estadía, mientras escuchaba la discusión del conflicto, me di cuenta de cuanto menos habría comprendido los acontecimientos si hubiera permanecido en EE.UU., a pesar de haber leído la prensa internacional en la Red. Pocas veces presentan la complejidad de situaciones semejantes, y la humanidad de la gente satanizada se pierde con demasiada facilidad.

Mientras conducíamos en silencio, pensé lo fácil que es denunciar el fundamentalismo desde posiciones de seguridad y confort, cuán a menudo he hecho precisamente eso. ¿Pero a quiénes apuntamos cuando hacemos declaraciones semejantes? No me cuesta denunciar a los bin Laden y a los al-Zawahiri, o a los Bush y Robertson, y criticar su visión deformada del mundo. ¿Pero qué pasa con la gente de a pie que lucha contra las elites que ignoran los gritos de los sufrientes? Cuando esa gente adopta una teología que nosotros los izquierdistas/progresistas occidentales rechazamos, ¿no debemos destacar la desigualdad a la que también decimos que nos oponemos?

Esack dijo que algunos le preguntaron qué esperaba ganar yendo a Lal Masjid y hablando con alguien como Ghazi, pero no tiene dudas sobre el valor y la idoneidad de sus visitas al lugar.

“Cuando abandonamos la confrontación y el diálogo con los que tienen esas creencias, abandonamos la esperanza. Mi objetivo es no amurallarme contra otros musulmanes, sino buscar conexiones auténticas, incluso a través de esas brechas. “¿No es así como podemos sanar el mundo, y a nosotros mismos?” dijo. “Precisamente cuando comenzamos a pensar en algunos de nosotros como ‘elegidos’ y en otros como ‘congelados’ y estamos dispuestos a descongelarlos alegremente con nuestras bombas.”

En ese momento en el coche, mientras absorbíamos las noticias de que los soldados habían despejado la mezquita y que Ghazi y docenas de otros habían muerto, sentí enojo hacia gente como Ghazi y al mismo tiempo una profunda pena por su muerte. Sentí una cólera mucho más profunda hacia el presidente militar de Pakistán, Pervez Musharraf, y hacia los dirigentes de EE.UU. que lo apoyan. Y sentí una especie de temor por el fundamentalismo musulmán que desencadena semejantes fuerzas violentas, que siempre me recuerda a la teología igualmente atemorizante del fundamentalismo cristiano que circula en EE.UU.

Iba a tumbos entre un profundo sentimiento de desesperación y un sentido igualmente profundo de esperanza. Una vez que tuvo lugar la confrontación, tal vez la gente dentro de la mezquita y los soldados muertos tenían los días contados. Pero en el coche pude sentir en ese momento la esperanza en que el trabajo de gente como Esack y Ahmad pudiera impulsar a otras fuerzas. Sobre todo me sentí agradecido de estar en su compañía para compartir la congoja. En semejantes momentos, es posible que ese lazo sea el más humano y el más esperanzador de los logros.

------------

Robert Jensen es profesor de periodismo en la Universidad de Texas en Austin y miembro del consejo del Centro de Recursos Activistas de la Tercera Costa. Es autor de “The Heart of Whiteness: Race, Racism,” y de “White Privilege and Citizens of the Empire: The Struggle to Claim Our Humanity.” Para contactos escriba a: rjensen@uts.cc.utexas.edu. http://www.counterpunch.org/jensen07122007.html

Los últimos estertores

Los últimos estertores
David Michael Green
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

David Labowitz, vendedor de seguros aquí en Narberth, Pensilvania, dice que votó por el señor Bush en 2004 y que ansía que llegue pronto la próxima elección para poder rectificar lo que llama su error: “Soy miembro del partido republicano,” dijo el señor Labowitz: “pero me da tanta vergüenza serlo.” (New York Times, 9 de julio de 2007)

Hay que imaginar un edificio en fuego, con gente en su interior que lucha por encontrar las salidas.

Ahora hay que imaginar que ese edificio se encuentre sobre la cubierta de un gran barco, aislado en medio del Océano Pacífico, acribillado de agujeros abiertos y hundiéndose rápido.

Mantén esa imagen en tu mente, y súmale el tsunami que se aproxima rápidamente al barco.

Llegará rápido, pero no antes de que Enola Gay [el bombardero B-29 que lanzó la primera bomba atómica utilizada durante la segunda guerra mundial sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, N. del T.], zumbe encima con un artículo de entrega especial en su carga.

¿Te grabaste esa imagen? Bienvenido al Partido Republicano, en julio de 2007.

O sea el "Grand Old Party" [Partido viejo y grande], como gustan de llamarlo nuestros amigos regresivos. ¿Viejo? Seguro – tan viejo como la propia codicia. ¿Partido? Bueno, no hay muchas celebraciones en su cercanía, pero si se quiere decir que se trata de una congregación de cada vez menos gente reunida alrededor de ciertas ideas políticas, por ridículas que sean, bueno, entonces, seguro que es un partido. ¿Pero grande? Sólo en cuanto a sus apuros actuales.

Si posees aunque sea sólo una cierta antena política, una cierta sensibilidad en cuanto a los estados de ánimo y tendencias de la política estadounidense, no puedes dejar de concluir que todo se derrumba rápidamente, y con ello también muchos de los múltiples alcahuetes que han contribuido a llevarnos al peor de los desastres de los últimos años. Todo se desmorona actualmente, revienta por sus ostentosas costuras, y lo hace no sólo con tremenda rapidez, sino también con un tremendo aumento en esa rapidez.

¡Qué semana!

Los signos más evidentes de implosión, por cierto, son los republicanos en el Congreso quienes, uno después del otro, abandonan al presidente con la misma regularidad con la que amanece. Parecería como si apenas hubiera pasado un día de la semana sin que uno o dos hayan abandonado el barco zozobrante de la catástrofe iraquí de Bush. ¿O deberíamos decir que estáis “ahuecando el ala,” queridos amigos del Viejo Gran Partido [GOP]? ¿Debiéramos cuestionar ahora vuestro patriotismo? ¿Debiéramos señalar que muchos os presentáis a la reelección el próximo año y, después de ver lo que sucedió en la última vuelta, ahora “jugáis a la política con la seguridad nacional”?

Si fuésemos Karl Rove, George Bush o Dick Cheney, diríamos esas cosas, por cierto. Si fuésemos vulgares compañeros de ruta regresivos – casi como, bueno... realmente – lo haríamos. Si fuésemos vuestros perros de presa, como O'Reilly y Limbaugh, ciertamente lo haríamos. Pero no necesitamos hacer ninguna de esas cosas, porque lo hicisteis vosotros mismos. Apoyasteis a un bufón de incompetencia demencial para presidente, poco distinguible de Calígula si no fuera porque lleva traje y corbata donde solía residir la toga. Respaldasteis cada acción de su gobierno incluso cuando visteis que respondía a los peores instintos posibles de nuestro país, y que representaba la mismísima antitesis del gobierno constitucional estadounidense. Os mantuvisteis al margen o exagerasteis mientras sus agentes vejaban, vilipendiaban y destruían a todos y a cada verdadero patriota que mostrara el mayor coraje al expresar la más mínima objeción a esas políticas ponzoñosas.

Ahora cuando buscáis rescate del edificio en llamas del barco que se hunde, esperando que el fuego divino sea sofocado sólo por la gran exhalación del propio Poseidón, podéis decir que sois afortunados - Mr. Voinovich, Mr. Lugar, Mr. Domenici, Mr. Alexander, Ms. Snowe – si vuestros intentos demasiado tardíos, excesivamente comedidos y mal concebidos de deshacer la tragedia que ayudasteis a crear en Iraq resultan sólo en la pérdida de vuestros escaños en el Congreso. ¿Cómo enfrentaréis a las madres de los que han perdido tanto más – que lo han perdido todo – debido vuestro sobrecogedor desacierto, en el mejor de los casos, y vuestro burdo oportunismo político, en el peor (probable), mis orgullosos amigos republicanos?

Uno a uno, dos a dos, se tiraron en paracaídas esta semana, de un modo que parecía que el único senador republicano que no abandonó el barco fue ese buen patriota, John McCain. Supongo que McCain debe ser un verdadero creyente religioso, porque después que Bush y Rove le echaron encima los perros más rabiosos en 2000, no ha hecho nada más que amar a su antiguo enemigo. Por cierto, el abrazo cristiano de McCain hacia George Bush es tan inmenso que parece haber adoptado la personalidad delirante de este último por compasión. La única semana de la campaña presidencial de McCain que ha sido peor que esta semana fue la semana pasada. Al sujeto le quedan dos tremendos millones enteritos en el banco, no ha comprado un solo anuncio con las decenas de millones que ya han sido gastados en una campaña de caviar, va cayendo en los sondeos republicanos por debajo de un tipo que cecea, favorable al aborto, y otro tipo de Massachussets; ya no puede conseguir contribuciones para su campaña, y por lo tanto tuvo que despedir a más de la mitad de su personal nacional. Luego, para colmo, esta semana perdió a dos de sus principales agentes debido a lo que parece haber sido una guerra civil dentro de la campaña. No podemos decir con precisión quién abandonó a quién, pero sea como sea, la propuesta de McCain para la Casa Blanca se parece más estos días a un episodio de “ER” [“Urgencias “en castellano] que a una campaña presidencial.

Al preguntársele si había despedido a esos tipos, Big John dijo: “No, no, no, no. Yo diría que la campaña va bien. Estoy muy contento con ella. La gente puede hacer su propia evaluación. Pienso que nos va muy bien.” Da miedo. Por cierto, también explica cabalmente por qué es posible que McCain sea algo como la única persona fuera de Dick Cheney que piensa que las cosas van muy bien en Bagdad. ¿Y no es eso lo que necesitamos ahora mismo, otros cuatro u ocho años de un “jefe del ejecutivo que alucina constantemente? No importa. Como antes que él, Don Rumsfeld, Tony Blair y la antigua mayoría republicana en el Congreso, McCain es ampliamente recompensado por su lealtad con la Máquina Destructora Antes Conocida como George Bush, y por compartir la megalomanía del presidente. McCain ha sido dos veces el favorito con grandes probabilidades de llegar a ser el candidato republicano para presidente, sólo para ver como el pequeño terror texano destruía la gran ambición de su vida, y ahora lo mismo, también por segunda vez.

[Puesta al día de último minuto: Se informa que McCain tuvo una inmensa pelea con el senador Voinovich en el hemiciclo del Senado (la peor pelea que se haya visto en décadas), que llamó ilegalmente a donantes para la campaña desde el guardarropa del Senado (el mismo motivo por el que arremetió contra Al Gore en 2000), que sus dos principales apoyos en Iowa se han sumado al éxodo de su campaña, y que el co-presidente de su campaña en Florida acaba de ser atrapado por ofrecer sexo oral por veinte dólares a un policía encubierto. Pensarás que lo invento ¿verdad? Pero no es así. Es lo lindo de la derecha regresiva – ¡con esos individuos no es necesario! Son las noticias de hoy. Me pregunto lo que nos llegará mañana. [Oh, ¿Mencioné que McCain cumple 71 el próximo mes?]

Por cierto, mirando al otro lado del pasillo, uno también puede sorprenderse por los “dirigentes” del partido mayoritario en el Congreso, Harry Reid y Nancy Pelosi. Cuesta imaginar que pueda haber alguien que se las arregle para ser más inefectivo en la tarea de oponerse a un presidente irreflexivo, peligroso y ahora públicamente desdeñado. Tal vez si enviaran una docena de rosas a Dick Cheney y le pidieran que por favor termine la guerra, sentiría más presión de la que ha percibido desde enero, cuando los demócratas obtuvieron el control del Congreso. Cuesta saber lo que sería más intenso.

Lo más sorprendente respecto a Harry Reid es que se dice que otrora fue boxeador. ¿Significa que alguien le dio un puñetazo en el patio de la escuela en el séptimo grado y le quebró la montura de cuerno de sus gafas? ¿Es lo que quieren decir cuando dicen que fue boxeador? Sólo pregunto porque de verdad me gustaría que el líder del Partido Demócrata en el Senado fuera un luchador. Pero, hoy en día, todo lo que tiene que ver con lo que dice y hace Harry Reid, se parece más a un saco de arena, no a un luchador. O a un fideo mojado. Bajo un felpudo. Ya sabes – el que lleva a las habitaciones del personal doméstico.

Por eso por lo menos me complace un poco cuando veo que al parecer Reid está llegando al límite respecto a Iraq. Vaya, ¿será porque el Congreso llega ahora a valuaciones de aprobación de su trabajo en los sondeos que son incluso más bajas que las de George Bush, y sin haber hecho nada por enojar a alguien con la excepción de aquellos que esperaban que hicieran algo, especialmente respecto a Iraq? Después de capitular terrible e innecesariamente hace un mes en la ley de financiamiento suplementario para la guerra, Reid supuestamente ya se prepara para la acción antes de esperar hasta septiembre como lo desea la Casa Blanca. Sea lo que fuere el líder de la mayoría, parecería dudoso que sea suficientemente estúpido para exasperar a su base hasta el frenesí volviendo a presentar este tema sólo para ceder una vez más, así que tal vez podamos ver que pasa algo esta vez.... Pero después de todo, es lo que también esperamos el pasado mes.

Si Reid quiere saber cuánto está en juego, basta con que pregunte a su amiga Nancy Pelosi en la puerta de al lado. Lo más sorprendente sobre su persona es que ella representa a uno de los distritos más liberales de EE.UU. Así que llega a ser Presidenta [de la Cámara Baja] después de una elección, cuyo claro mensaje fue ‘terminen con esta pesadilla,’ ¡y lo primero que hace es eliminar de la agenda la impugnación! ¿Qué pasa con esta gente? ¿Adoptan las costumbres de Washington y simplemente pierden todo sentido, incluyendo todo sentido de sí mismos y de sus propios antecedentes? Si el Congreso se reuniera en la luna ¿comenzarían a actuar como rocas?

La vida sólo empeoró un poco para Nancy, y se lo merece, en lo que sin duda es el clímax político de la semana, si no de la década. En la utilización más inteligente y excitante de política progresista que hemos visto desde que Larry Flynt tuvo la brillante idea de ofrecer un millón de dólares a toda querida que delatara a su hipócrita amante republicano durante la impugnación de Clinton, Cindy Sheehan amenazó con presentar su candidatura contra Nancy Pelosi para su escaño parlamentario por San Francisco a menos que Pelosi haga algo por la impugnación de Bush dentro de dos semanas.

Desearía que nosotros los progresistas pudiéramos tener más de esta especie de lucha intestina inteligente, pero las circunstancias son algo especiales. Sin embargo, esta maniobra de Sheehan es brillante. Muy similar a la campaña por embarazar a China durante sus Juegos Olímpicos si no presiona a Sudán por el asunto de Darfur, es un caso de influencia sobre influencia. Sheehan presiona a Pelosi para que presione a Bush. Si Pelosi no se hace en sus pantis ahora mismo, es más imbécil de lo que sería el engendro in vitro de George W. Bush y Dan Quayle, llevado a término por Paris Hilton. El distrito de Pelosi es tal vez el más progresista del país. Me sorprendería si el sentimiento de furia contra Bush y contra su guerra de Iraq no fuera de por lo menos 90 contra 10. Pelosi ya es un motivo enorme de desilusión para cualquiera a la izquierda de Joe Lieberman, y Cindy Sheehan – respaldada por un ejército de voluntarios motivados y por donaciones provenientes literalmente de todo el mundo – tendría una excelente probabilidad de destronar a la Nueva Reina de la Cámara, a sólo dos años de iniciado su reino.

Sheehan, con sólo esta atrevida jugada, ha cambiado radicalmente las cartas para Pelosi, el Congreso, Bush. EE.UU., Iraq y el mundo. Una fría mirada desapasionada al nuevo estado de las cosas, sugiere que a Nancy Pelosi le quedan ahora dos opciones. Puede convertirse en (la primera mujer) presidente de EE.UU. después de la impugnación de Bush y Cheney (y tal vez incluso llegue a conservar el puesto después de la elección de 2008), o probablemente pierda tanto su papel de Presidenta de la Cámara Baja como su escaño en el Congreso. Probablemente no haya un término medio. No me parece que sea una decisión difícil, especialmente porque los únicos perdedores en este escenario serían Bush y Cheney. Pero requiere un cierto atrevimiento – incluso si es un atrevimiento impulsado por el terror – que no es exactamente una característica que abunde entre los demócratas en el Congreso en estas últimas, bueno, décadas.

Hay otros dos hermosos aspectos de la impugnación que hay que tener presente. Uno es que el público está preparado para que tenga lugar – como diría Dick Cheney: "y mucho". La mitad de los encuestados – una cifra sorprendentemente elevada – cree que Bush debe ser impugnado y probablemente la mayoría ni siquiera sabe con bastante certeza por qué lo quiere. Para Darth Cheney la cifra es de un 54% a favor contra un 40% en contra. En breve, el riesgo político para la actuación de Pelosi es mínimo. Es especialmente verdad en vista de la amplia evidencia de las mentiras del gobierno sobre Iraq que ya es de conocimiento público, y de que Bush ya ha admitido la violación del derecho vigente y de la Cuarta Enmienda de la Constitución con su programa ilegal de espionaje interior. No podría ser más culpable de lo que ya es si diera su próxima conferencia de prensa con grilletes y un buzo naranja.

Pero el placer más sabroso de la impugnación, aparte por cierto de la convicción y de la destitución (o mejor dicho, la convicción y la destitución de un presidente desastroso que también da la casualidad que es líder de un partido que impugnó erróneamente a un presidente demócrata), es que la Casa Blanca ya no puede seguir ocultando evidencia invocando su falso privilegio ejecutivo o doctrinas de seguridad nacional. O, con más precisión, podría hacerlo, pero sólo si desea quedarse contemplando como pierde el juicio en el Senado. Su posición sería equivalente a la de un asesino acusado que se niega a presentar evidencia exculpatoria en su juicio por devoción a algún principio constitucional relativamente oscuro (Quiero decir ¿cuántos estadounidenses comprenden la doctrina del privilegio ejecutivo?). Puede hacerlo si así lo desea, pero habrá un precio que pagar. Perdería ¡y de que manera!

Por de pronto, si la evidencia que supuestamente protegen por principio en realidad no exculpa porque en realidad prueba la culpa, ya estamos hablando de otra cosa, ¿verdad? Una vez que comienza el proceso de impugnación, veo pocas esperanzas para Bush y Cheney aparte de que suficientes republicanos y tal vez incluso unos pocos demócratas impedirían el voto de dos tercios necesario para condenarlo. Pero en vista del sentimiento público prevaleciente, para no hablar de lo que suceda en el futuro, y en vista de la evidencia (o acusaciones que no tienen respuesta), que sería sacada a luz en un enjuiciamiento efectivo, combinada con la creciente vulnerabilidad electoral de los republicanos en general y de cualquiera que apoye específicamente a este gobierno, les sería difícil reunir aunque sean treinta y cuatro votos en defensa de lo indefendible en el Senado. Cindy Sheehan ha lanzado un guijarro por la ladera de una montaña. Existen muchas posibilidades de que podría convertirse en un alud de proporciones internacionales.

Los mismos defectos del Congreso deben ser aplicados también a los medios dominantes de EE.UU. De manera muy parecida a los acicalados jactanciosos del Congreso, la prensa tiene una enorme culpabilidad en las múltiples tragedias del bushismo, tanto por fracasar terriblemente en su papel establecido en el firmamento constitucional estadounidense como guardián y control contra la acumulación de poder ejecutivo. La culpa de los medios respecto al tema específico de Iraq es aún más atroz, ya que no sólo no ha formulado preguntas duras sobre la política o incluso cuestionado las afirmaciones evidentemente falsas del gobierno antes de la guerra, sino que también ha servido frecuentemente como el portavoz para transmitir precisamente esas mentiras.

Por lo tanto el New York Times – que es quien tiene más que expiar, aunque sólo fuera porque violó la máxima confianza de todos – comenzó esta semana con un amplio editorial llamando a la retirada de las fuerzas de EE.UU. de Iraq. Sí, parece que está aburrido de los engaños de Mr. Bush, y por fin ha comprendido que la sucesión de cotas de referencia y de progresos aducidos por el gobierno son poco más que cortinas de humo con el propósito de retardar toda acción real respecto a Iraq hasta enero de 2009, cuando la agonía de Bush/Cheney llegue final y misericordiosamente a su fin (siempre que antes Cheney no modifique también esa parte de la Constitución).

Nada podría deleitarme más que ver un poco de sabiduría en nuestro periódico nacional de referencia (aunque esté mezclada con ingenuidad sobre la posición y poder del EE.UU. de George Bush en el mundo) pero ¿habría sido demasiado si hubiera cubierto, dos años después del inicio de la guerra y cuando ya era evidente la dimensión aproximada de su extrema estupidez, los Memorandos de Downing Street, que probaron más allá de toda duda que la guerra se basó en mentiras? Y ya que hablamos del tema, si verdaderamente quiere expiar sus pecados, ¿por qué no hace algo ligeramente atrevido ahora, como llamar a la impugnación del presidente y del vicepresidente?

Supongo que deberíamos agradecer por lo poco que hemos logrado en los últimos años, incluso si el énfasis verdaderamente va puesto en ‘lo poco.’ Recordé esto recientemente al leer la cobertura del gobierno de Bush en los medios. Hay un excelente ejemplo, extractado de un artículo de AP de Jennifer Loven, con el título: “Bush desgarra las fallas de los legisladores demócratas”

El presidente Bush acusó el sábado a los legisladores demócratas de ser incapaces de estar a la altura de sus deberes, citando la incapacidad del Congreso de aprobar legislación para financiar al gobierno federal-

“Los demócratas no cumplen con su responsabilidad de tomar decisiones duras y de gastar sabiamente el dinero de la gente,” dijo Bush en su elocución semanal por radio. “Este momento es una prueba.”

La Casa Blanca ha dicho que el que no se haya aprobado una amplia revisión de la inmigración es una prueba de que el Congreso controlado por los demócratas no puede encarar problemas importantes. “Lo vimos con la inmigración, y lo vemos con algunos otros temas en los que el Congreso muestra una incapacidad de encarar desafíos importantes,” dijo el portavoz Tony Fratto.

El motivo principal por el que murió la medida sobre la inmigración, fue la acérrima oposición de los propios conservadores de base de Bush. El presidente no pudo convencer a miembros de su propio partido a pesar de semanas de intensos esfuerzos.

En este caso vemos a la Casa Blanca en su acostumbrada actitud roviana, inventando simplemente la realidad, sin importarle la alucinante falacia de todo el asunto. Si ven ventajas en la descripción de lo que es negro como blanco, arriba como abajo, Kerry como cobarde y Bush como valeroso, Iraq como necesario para nuestra seguridad y a sus oponentes como aborrecedores de EE.UU. – simplemente lo hacen. Tienen buenos motivos para seguir en esa onda de País de las Maravillas. Ha funcionado maravillosamente durante años, y casi nadie – ciertamente no en la prensa – tiene alguna vez el valor de mezclar tonterías como los hechos y la realidad en la discusión. Además, si alguien es suficientemente loco como para hacerlo, siempre queda la política de la destrucción personal. Demos un escarmiento a Joe Wilson y a Valerie Plame, y el resto sabrá a qué atenerse.

Si alguien quiere ver a donde hemos llegado, sin embargo, que considere cuidadosamente el último párrafo citado más arriba. Es lo que la gente simpática en el negocio de los medios gusta de llamar el “contexto.” No hace mucho, si ese artículo hubiera sido publicado, habría sido sin ese párrafo – descartado por completo. El gobierno, y especialmente ese ridículo imbécil de presidente (¿no fue una maravilla como confundió las palabras y no sabía el nombre del presidente de Pakistán?) podía afirmar cualquier cosa, no importa lo absurda que fuera, no importa la contradicción con los hechos conocidos, y no se encontraría un contexto correctivo semejante en ningún sitio, menos todavía en el mismo artículo. Era crucial que la estupidez no fuera disputada, y así fue. Por cierto, la introducción de un antecedente contextual semejante en un artículo de este tipo puede ser descrita como un toque de sesgo político, algo que una prensa “neutral” estadounidense imagina que no hace. Lo que no te dicen, sin embargo, es que el hecho de que no se agregue un tal sesgo ante desatinos conocidos (como la noción de que los demócratas rechazaron la ley de inmigración del presidente) no es un acto peor de politización que el agregárselo. Peor, si también constituye un acto de cooptación.

Y, hablando de desatinos, también hay que darse cuenta de a donde no hemos llegado. Algún día en el futuro, tal vez, también haya algún contexto calificador tras lo siguiente que te deja boquiabierto: “Los demócratas no cumplen con su responsabilidad de tomar decisiones duras y de gastar sabiamente el dinero de la gente.” Hay que imaginar lo diferente – y lo más honesto – que sería el artículo si el párrafo siguiente hubiera dicho: “George Bush heredó el mayor superávit presupuestario de la historia, y lo convirtió en el mayor déficit de la historia, por lo cual la deuda nacional es ahora de 9 billones de dólares, o sea 60.000 dólares por contribuyente, y en aumento, y acumulando más intereses con cada día que pasa. Cuando los republicanos se hicieron cargo del gobierno, se lanzaron a una ola de gastos que eclipsó todo lo que los demócratas habían hecho anteriormente. Bush nunca vetó una sola ley de gastos.”

Por cierto, los medios – como el Congreso – se han quedado atrás del público en virtualmente cada paso de este proceso, y sigue siendo lo mismo en la actualidad, de manera que aunque el público ve al gobierno (a pesar de que todavía es demasiado generoso, sólo) como deshonesto e inepto, tardará un cierto tiempo antes de que alguien dentro de los círculos dominantes en Washington pueda sugerir una percepción semejante, a pesar de que se basa totalmente en los hechos. El reconocimiento hacia el exterior de cualquiera cualidad peyorativa (real o inventada) está, por supuesto, reservado sólo para presidentes demócratas.

Y entonces, por cierto, hay que considerar al propio Bush. Se informa ahora que por lo menos un setenta por ciento del público desea que las tropas estén fuera de Iraq en abril. Pienso que esa cifra aumentará dramáticamente aún más ahora que se ha revelado que el costo de la guerra asciende a 12.000 millones de dólares por mes. El presidente debe informar esta semana al Congreso sobre el progreso alcanzado en Iraq, pero no hay ninguno. Literalmente. Un artículo informó: “Es poco probable que el gobierno iraquí cumpla alguno de los objetivos o plazos que le fijó el presidente Bush en enero cuando anunció un gran cambio en la política de EE.UU., según altos funcionarios del gobierno involucrados de cerca en el tema.” ¿Puede sorprender por lo tanto a esos sujetos que, como señala otro titular: “El criterio recortado del gobierno para el progreso en Iraq” y que traten frenéticamente de reducir las expectativas antes del informe? En otro informe en los medios, las categorías que inventaron al tratar de emperejilar el cadáver de Iraq fueron descritas por una persona informada como “extrañas.” Sin duda. Tal vez citarán al gobierno iraquí en cuando a la mayor eficacia en el enfrentamiento del problema del aumento global de la población. ¿Sería una de las categorías?

Mientras tanto, el Secretario de Defensa Robert Gates anuló su viaje de esta semana a Latinoamérica y el Consejero Nacional de Seguridad Stephen Hadley canceló sus vacaciones familiares, y ambos volvieron apresurados a Washington. Según ABC, una persona informada contó que la Casa Blanca está en un “estado de pánico” mientras miembros del Congreso tratan de deshacerse de Bush y Cheney más rápido que de un desagradable caso de gonorrea contraído en alguna gira por ultramar.

Mientras tanto, los sospechosos de costumbre de la derecha virulenta tratan desesperadamente de hacer lo posible por mantener el flujo del veneno. El New York Times fue atacado por periódicos conservadores por capitular ante alguna gente muy, muy mala en el mundo musulmán, mientras el Washington Times atacaba a legisladores demócratas y republicanos de lo que apodó la “reunión electoral del apaciguamiento,” que están “dispuestos a enviar otro mensaje inconfundible de debilidad a los yihadíes.” Siempre había pensado que el gasto de media década y de medio billón de dólares sólo para ver que le sacan la mierda a la totalidad de las fuerzas terrestres de tu imperio, era una definición bastante buena del envío de un mensaje inconfundible de debilidad a tu enemigo, ¿pero qué sé yo? El Wall Street Journal, mientras tanto, advirtió a miembros republicanos atemorizados del Congreso que “su mejor posibilidad de hacer que Iraq sea menos importante en 2008 es el progreso militar que permite una reducción honorable de las fuerzas de EE.UU. y con un gobierno iraquí más estable.” ¡Um!... “Paz honorable,” “Paz honorable” - ¿dónde he oído antes esa perlita?

En todo caso, la vieja magia ya no funciona, especialmente cuando la aplican a antiguos partidarios incondicionales de su propio partido. Aunque es posible que hayamos pasado el punto en el que a alguien en el público le interesen suficientemente, no parece en absoluto improcedente el que pongan por los suelos a senadores republicanos volubles, pero a pesar de ello ciertamente pierden más que un poco de credibilidad. No creo que muchos estadounidenses se vayan a enojar con esos republicanos por haber apoyado una guerra demencial y odiada durante sólo cuatro años y medio, en lugar de “una generación,” como ha sugerido la Casa Blanca.

Tenemos que llegar muy lejos, seguro, pero el proyecto de política regresiva y el gobierno de Bush al que ha estado íntimamente vinculado se derrumban ante nuestros ojos. Como David Labowitz, citado al comienzo de este trabajo, los votantes ya han marcado la partida del GOP a velocidades que se acercan a Mach 5, horrorizados y avergonzados por su propia estupidez por haberse asociado alguna vez con semejantes monstruos para comenzar. Y los peores relatos de codicia y engaño y violencia asesina todavía tienen que salir a la luz del pantano que produjo a Bush, Cheney, Rove, DeLay y Scalia, de eso estoy muy seguro. Hay que imaginar lo que van a ser las cosas cuando – lo peor de – la verdad sea revelada.

Vale la pena considerar a donde hemos llegado, y cuán peligroso fue el destino de la república, hace sólo poco tiempo (e, incuestionablemente, todavía hasta cierto punto hoy). Las palabras más escalofriantes que han emanado alguna vez de éste o de cualquier gobierno fueron seguramente también las más honestas que estos sujetos hayan pronunciado. En el verano de 2002, un “alto asesor” de Bush (siempre he supuesto que se trataba de Rove) habló extraoficialmente con el periodista y autor Ron Suskind, y al hacerlo reveló el verdadero proyecto del movimiento regresivo, establecido firmemente ahora en la Casa Blanca. Suskind informó sobre esta conversación en el siguiente párrafo de su artículo de 2004: “Sin duda”, y las palabras han inquietado desde entonces a muchos lectores reflexivos:

El asesor dijo que la gente como yo nos encontrábamos “en lo que llamamos una comunidad basada en la realidad,” a la que definió como gente que “cree que las soluciones emergen de su estudio sensato de la realidad discernible.” Yo asentí y murmuré algo sobre los principios de la ilustración y del empirismo. Me interrumpió: “Esa no es la manera como el mundo funciona realmente ahora,” continuó. “Ahora somos un imperio, y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Y mientras estudiáis esa realidad, sensatamente, como lo haréis – nosotros actuaremos de nuevo, creando otras realidades nuevas, las que también podéis estudiar, y así es como se aclararán las cosas. Somos actores de la historia... y a vosotros, a todos, no os quedará otra cosa que hacer que estudiar lo que hagamos.”

Por suerte para todo el mundo, resultó ser algo diferente.

Los actores de la historia son ahora aquellos sobre los que ha actuado la historia. Tal vez les sorprenda descubrir que son simples mortales, como el resto de nosotros.

Y el imperio se ha ido por el mismo camino que todos los imperios anteriores. Sólo un poco más rápido.

Y ellos, por cierto, crearon realidades a través de sus acciones. Esas realidades se llaman Iraq, calentamiento global, Katrina, la deuda, y más.

Y nosotros en la comunidad basada en la realidad, ciertamente las estudiamos, y cada vez más, lo hicimos de modo bastante sensato.

Y no nos gusta lo que han revelado nuestros estudios. Y no queremos su imperio, especialmente si son ellos lo que lo encabezan .Y no queremos sus creaciones de la realidad.

Y por eso estamos creando una nueva realidad, nosotros mismos, nosotros, patéticos peones de la comunidad basada en la realidad.

Y ellos pueden estudiar nuestra realidad. Con ponderación, como lo harán.

Y tendrán todo el tiempo del mundo para hacerlo. En sus celdas en la prisión.

------------

David Michael Green es profesor de ciencias políticas en la Universidad Hofstra en

Nueva York. Le encantará recibir reacciones de los lectores a sus artículos (dmg@regressiveantidote.net), pero lamenta que la falta de tiempo no le permita siempre responder. Más trabajos suyos se encuentran en su sitio en la Red: www.regressiveantidote.net.

http://www.counterpunch.org/green07132007.html

martes, 26 de junio de 2007

La CIA revela cómo violó la ley

Incluyen los planes para matar a Fidel Castro y al congoleño Patrice Lumumba
La CIA revela cómo violó la ley, planificó asesinatos y espió a estadounidenses

Efe

La Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA) ha anunciado que mostrará algunas de las "joyas" de su historia cuando revele 693 páginas de documentos sobre planes de asesinato de gobernantes extranjeros, secuestros y experimentos de drogas con seres humanos.

El director de la agencia, Michael Hayden, anunció la divulgación en un encuentro con historiadores de política exterior, y dijo que los documentos forman parte de una colección de "joyas de la familia" y cubren desde comienzos de la década de 1950 a mediados de la de 1970.

"La mayor parte de ello es poco halagüeño", añadió Hayden en el encuentro. "Pero es la historia de la CIA".

Por su parte, los Archivos de Seguridad Nacional (NSA), grupo de estudio dependiente de la Universidad George Washington que se dedica a la investigación de documentos clasificados como secretos, sostiene que el material muestra que "la agencia violó su propia carta constitutiva durante 25 años".

La colección de "joyas" en el historial de la agencia de espionaje comenzó en 1973 cuando su entonces director, James Schlesinger, alarmado por los artículos de prensa acerca de la vinculación de la CIA con el caso Watergate, ordenó que se le informara sobre todas las operaciones "al margen" de la autorización legal de la entidad.

Esa colección de documentos, que se remonta a 1953, pasó a manos del sucesor de Schlesinger, William Colby, a quien en diciembre de 1974 le alarmó un artículo del periodista Seymour Hersh, del diario 'The New York Times', sobre la infiltración de la CIA en el movimiento contra la guerra de Vietnam.

El NSA, que ha obtenido algunos de esos documentos después de años de gestiones, indicó que entre las actividades acerca de las cuales Colby consultó con los asesores legales de la CIA a fines de 1974 figuraba "el confinamiento de un desertor ruso que puede considerarse una violación de las leyes sobre secuestros".

Además del espionaje de periodistas de EEUU, Colby también discutió "experimentos de modificación de la conducta de ciudadanos estadounidenses 'no voluntarios', y planes de asesinato contra el líder cubano Fidel Castro, el revolucionario congoleño Patrice Lumumba y el ex dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo".

En una reunión en enero de 1975, Colby informó al entonces presidente Gerald Ford de que "tenemos una institución de 25 años de edad que ha hecho algunas cosas que no debería haber hecho", según un memorando divulgado por la NSA en su sitio de internet.

Infiltración en grupos pacifistas

Además de la infiltración en grupos opuestos a la guerra y la compilación de fichas sobre unos 10.000 ciudadanos estadounidenses, Colby también explicó a Ford que "hemos ejecutado operaciones para asesinar a dirigentes extranjeros". "Nunca tuvimos éxito", comentó.

Según el documento, Colby mencionó nuevamente a Castro, a Trujillo -quien fue asesinado en 1961- y al general René Schneider, jefe del Ejército de Chile asesinado en octubre de 1970.

En otro documento, también de enero de 1975, el entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, en una conversación en la Casa Blanca con Ford, se declara muy nervioso por las revelaciones en la prensa sobre el espionaje de la CIA dentro de Estados Unidos. "Si todas las historias salen a la luz, correrá sangre", dijo Kissinger a Ford.

"Por ejemplo (el secretario de Justicia en 1961) Robert Kennedy manejó personalmente la operación del asesinato de Castro", agregó.

Y en una aparente referencia al golpe militar de 1973 que derrocó en Chile el Gobierno constitucional de Salvador Allende e instauró la dictadura de Augusto Pinochet, Kissinger añade que "la cosa chilena (...), eso no está en informe alguno".

Zyklon B en la frontera de EE.UU.

Partir el texto en columnas 26-06-2007
Sobre el insecticida derivado del cianuro utilizado en la Alemania nazi
Zyklon B en la frontera de EE.UU.

Alexander Cockburn
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El Zyklon B era la marca registrada de un insecticida a base de cianuro que se usó en la Alemania Nazi durante el Holocausto, para asesinar a millones de personas. [http://es.wikipedia.org/wiki/Zyklon_B]

El Zyklon B llegó a El Paso en los años veinte del siglo pasado. En 1929, por ejemplo un funcionario del Servicio de Salud Pública de EE.UU., J.R. Hurley, pidió el material - ácido prúsico en forma de gránulos – por un valor de 25 dólares, como agente de fumigación para ser utilizado en la estación de despiojamiento de El Paso, donde mexicanos cruzaban la frontera desde Juárez. El Zyklon, desarrollado por DEGESCH (Corporación Alemana de combate contra Alimañas) era producido en diferentes concentraciones: Zyklon C, D y E que representaban gradaciones en potencia y precio. Como lo describe Raul Hilberg en “La destrucción de los judíos europeos,” la concentración E era requerida para la erradicación de alimañas especialmente resistentes, como ser cucarachas o para gasear en barracas de madera. La preparación ‘normal,’ D, fue utilizada para exterminar piojos, ratones, o ratas en estructuras grandes, bien construidas, que contenían muebles. Seres humanos fueron asesinados en cámaras de gas con Zyklon B.” En 1929, se dividió el mercado mundial con una corporación estadounidense, Cyanamid, de modo que Hurley presumiblemente obtuvo su Zyklon B de esta última.

Como describe David Dorado Romo en su maravilloso “Ringside Seat to a Revolution: An underground history of El Paso and Juárez : 1893-1923” [Butaca de primera fila en una revolución: Una historia clandestina de El Paso y Juárez), Zyklon B llegó a ser asequible en EE.UU. al comienzo de los años veinte cuando los temores de una infección foránea fueron inflamados por las señales de alarma de los eugenicistas, la mayoría provenientes del extremo “progresista” del espectro político. En 1917, el Congreso de EE.UU. aprobó y Wilson – un ardiente eugenicista – firmó la Ley de Inmigración. El Servicio de Salud Pública de EE.UU. publicó simultáneamente su Manual para la Inspección Física de Extranjeros.

El Manual incluía su lista de excluibles de EE.UU., una representación madura de las obsesiones de los eugenicistas: “imbéciles, idiotas, personas débiles mentales, personas de inferioridad constitucional psicopática (homosexuales), vagos, defectuosos físicos, alcohólicos crónicos, polígamos, anarquistas, personas afectadas por enfermedades execrables o contagiosas peligrosas, prostitutas, jornaleros por contrato, todos los extranjeros de más de 16 que no sepan leer.” En el mismo año, agentes del Servicio de Salud Pública de EE.UU. “bañaron y despiojaron” a 127.123 mexicanos en el Puente Internacional de Santa Fe entre Juárez y El Paso.

El alcalde de El Paso de la época, Tom Lea Sr., representaba, como dijo Romo, “el nuevo tipo de político anglo en la ‘Era Progresista’. Progresista no significaba necesariamente liberal en aquel entonces. En el caso de Lea, ‘progreso’ significaba que limpiaría la ciudad.” Como parte de sus operaciones de limpieza, Lea convirtió su ciudad en la primera de EE.UU. que prohibió el cannabis, alias marihuana, como una sustancia mexicana foránea. Tenía un temor visceral de la contaminación y, como reveló posteriormente su hijo, usaba ropa interior de seda porque su amigo, el doctor Klutz, le había dicho que los piojos del tifus no se pegaban a la seda. Con sus entrañas bien protegidas, por lo tanto, Lea bombardeó al gobierno de EE.UU. con exigencias de que hubiera un campo de cuarentena total en la frontera en el que se mantendría a todos los inmigrantes durante hasta 14 días. El funcionario sanitario local, B.J. Lloyd, consideró que esto era estrafalario, y dijo al inspector general de sanidad que la fiebre tifoidea “no es ahora, y probablemente nunca será, una amenaza seria para nuestra población civil.”

Lloyd tenía razón al respecto. Lea obligó a los inspectores sanitarios a lanzarse sobre Chihuahuita, el barrio mexicano de El Paso, forzando a habitantes sospechosos de tener piojos a tomar baños de kerosén y vinagre, a que se les afeitaran las cabezas e incineraran sus ropas. La inspección de 5.000 habitaciones no estigmatizó a Chihuahuita como una zona de plagas. Los inspectores hallaron dos casos de tifus, uno de reumatismo, uno de tuberculosis, y uno de varicela. Irónicamente, Klutz, presumiblemente con su ropa interior de seda, contrajo el tifus mientras supervisaba esas operaciones y falleció.

Pero Lloyd recomendó plantas de despiojamiento, diciendo que estaba dispuesto a “bañar y desinfectar a toda la gente sucia, piojosa, que viene a este país desde México.” La planta estuvo lista para la actividad de inmediato cuando la Ley de Inmigración fue promulgada. Pronto los cuerpos de los mexicanos fueron controlados, untados con kerosén cuando era considerado necesario, y sus ropas fueron fumigadas con gasolina, kerosén, cianuro sódico, cianógenos, ácido sulfúrico y Zyklon B. El periódico El Paso escribió respetuosamente en 1928: “El gas de ácido cianhídrico, el más tóxico que se conozca, más letal incluso que el utilizado en los campos de batalla de Europa, es empleado en el proceso de fumigación.”

Las operaciones de despiojamiento provocaron furia y resistencia entre los mexicanos a los que todavía les hervía la sangre de rabia después de un mortífero incendio de gasolina en 1916 en la cárcel de la Ciudad de El Paso. Como parte de la campaña de desinfección en toda la ciudad del alcalde Lea, se ordenó a los prisioneros en la cárcel que se desnudaran. Sus ropas fueron lanzadas en un baño lleno de una mezcla de gasolina, creosota y formalina. Entonces los obligaron a entrar a un segundo baño repleto con “un balde de gasolina, un balde de carbón y un balde de vinagre.” Cerca de las 3 de la tarde del 5 de marzo de1 1916, alguien encendió un fósforo. La cárcel ardió como una antorcha. El Paso Herald informó que unos 50 “prisioneros desnudos cuyos cuerpos desprendían gases de gasolina,” muchos de ellos encerrados en sus celdas, se incendiaron. 27 prisioneros murieron. A fines de enero de 1917, 200 mujeres mexicanas se rebelaron en la frontera y provocaron un gran disturbio, provocando la fuga de policías y soldados a ambos lados de la frontera.

El uso de Zyklon B se hizo habitual. Los funcionarios sanitarios pulverizaban las ropas de los inmigrantes. Ahora bien, Zyklon B, en su forma gaseosa, es fatal cuando es absorbido a través de la piel en concentraciones de más de 50 ppm. ¿Cuántos mexicanos sufrieron agonías o murieron, cuando se pusieron esas vestimentas? Como Romo declaró recientemente al periodista basado en El Paso, Paul Spike, que escribe para el periódico en línea de Gran Bretaña, The First Post: “Es un inmenso agujero negro en la historia. Por desgracia, sólo tengo historias orales y otra evidencia anecdótica sobre los efectos dañinos de los productos químicos nocivos utilizados para desinfectar y despiojar a los mexicanos que cruzaban la frontera – incluyendo muertes, defectos al nacer, cáncer, etc. Podrían ser decenas de miles. Es increíble que absolutamente nadie, después de todos estos años, haya tratado alguna vez de documentarlo.”

El uso de Zyklon B en la frontera entre EE.UU. y México fue un asunto de agudo interés para la firma DEGESCH. En 1938, el doctor Gerhard Peters pidió que fuera utilizado en Desinfektionskammern [cámaras de desinfección] alemanas. Romo publicó un artículo que Peters escribió en una revista de ciencias de las plagas alemana, Anzeiger für Schädlingskunde, que publicó dos fotografías de las cámaras de despiojamiento de El Paso. Peters llegó a ser gerente general de DEGESCH, que manejó el suministro de Zyklon B para los campos de la muerte nazis. Fue juzgado y condenado en Nuremberg. Hilberg informa que lo sentenciaron a cinco años, luego logró un nuevo juicio que fijó la sentencia en seis años. En un nuevo juicio en 1955, lo absolvieron.

En EE.UU., los eugenicistas siguieron adelante hasta lograr su gran triunfo: la Ley de Restricción de la Inmigración de 1924, que condenó a millones en Europa a su encuentro final con Zyklon B veinte años más tarde. Al llegar los años treinta, los eugenicistas estaban generalmente desacreditados, aunque muchos – particularmente en el movimiento ecológico – siguen fieles a sus obsesiones racistas hasta hoy. La Ley de Restricción, ese monumento a la mala ciencia unida a políticos inescrupulosos y a una política pública entusiasta por el bien de generaciones venideras, permaneció sin cambio durante 40 años.

En 1928, la enfermedad verdaderamente atravesó la frontera, como señala Romo. Romo cita una carta del doctor John Tappan, que había desinfectado a miles de mexicanos en la frontera: “10.000 casos en El Paso y los mexicanos murieron como moscas. Familias enteras fueron exterminadas. Fue la gripe “española” proveniente del distrito Haskell, en Kansas, EE.UU.

http://www.counterpunch.org/cockburn06232007.html

Un tunecino en Guantánamo

La historia de Lofti Lagha (Prisionero nº 660)
Un tunecino en Guantánamo

Andy Worthington
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Además de los informes relativos a Abdullah bin Omar, detenido en Guantánamo, un tunecino que el domingo 17 de junio fue enviado al país donde nació, donde se teme que pueda ser sometido a torturas y abusos, tenemos la historia de otro tunecino, quien, atado y con grilletes, compartió con él traslado en un avión estadounidense. Al contrario que Omar, que estuvo representado por abogados que hicieron todo cuanto pudieron para dar publicidad a su caso, no hubo nadie para hablar de Lofti Lagha, de 38 años, y no hay forma de saber si va a ser también perseguido a su vuelta al país. Hasta el momento, incluso su identidad había permanecido oculta y no ha sido revelada ni por EEUU ni por las autoridades tunecinas.

Debido a la decisión del Tribunal Supremo, en junio de 2004, estableciendo que los prisioneros de Guantánamo tenían derecho a someter su detención a los tribunales estadounidenses (un derecho que fue eliminado por el Congreso en el pasado mes de octubre), alrededor de de 200 detenidos pudieron aprovechar una oportunidad que tanto costó lograr, pero, por alguna razón –bien porque no confiaba en los abogados estadounidenses, o porque no halló forma de establecer contacto-, Lofti Lagha no fue uno de ellos. Como cientos de otros detenidos en Guantánamo sin representación legal, las únicas personas con las que se encontró a lo largo de cinco años y medio que no formaban parte de la administración estadounidense que le encarceló sin acusaciones ni juicio, fueron, en alguna ocasión, representantes de la Cruz Roja y, casi con total seguridad, representantes de los servicios de inteligencia de su patria, gobernada por un régimen represivo y hermético, controlado por el dictador Zine el Abidini Ben Ali desde hace ya veinte años.

Aunque Lagha no era uno de los prisioneros completamente sin voz en Guantánamo -un dudoso privilegio reservado a 22 detenidos cuyos nombres, reeditados de listas publicadas el pasado año por el Pentágono, pueden encontrarse página tras página en Internet, pero de quienes no se ha publicado historia alguna en absoluto-, todo lo que existe de dominio público sobre sus 2.000 días de encarcelamiento son tres páginas de notas en el Sumario de Evidencias sin Clasificar de la Junta de Estudios Administrativos sobre la vista celebrada en 2005 –convocada para asesorar si debería aún ser considerado como “combatiente enemigo”-, a la que, al igual que en el caso de un anterior tribunal, no asistió.

Lo que puede deducirse de este embrollo de detalles biográficos, afirmaciones contradictorias y alegaciones insustanciales enmascaradas como evidencias es que Lagha sirvió en el ejército tunecino cuando era joven, y que entonces, supuestamente, “robó una barca para entrar ilegalmente en Italia junto con un egipcio y otro tunecino”, donde utilizó un documento falso de identificación. En Milán, donde parece que se estableció, se afirmó que se “había asociado con varios tunecinos” en un centro cultural (lo que es muy sorprendente), y que “entre las personas a las que frecuentaba en el centro cultural” había “al menos un individuo que pertenecía a una red terrorista, que aseguraba el apoyo financiero a grupos terroristas mientras que reclutaba también activamente voluntarios para los campos de entrenamiento patrocinados por Osama bin Laden en Afganistán”. Se señalaba también que “frecuentaba a elementos de la Jamaat-al-Tablighi” (sic). Jammat-al-Tablighi –fundada en la India en la década de 1920-, una inmensa organización misionera de ámbito mundial con millones de miembros, se declara no política pero causa preocupación en Occidente debido por su conservadurismo riguroso, aunque ninguna de las críticas dirigidas hacia ella se ha cercado a la hipérbole utilizada en Guantánamo, donde, al igual que en las “pruebas” contra Lagha, es descrita regularmente como una “organización misionera islámica con sede en Pakistán, que es utilizada como cobertura para enmascarar viajes y actividades de terroristas, incluidos los de Al-Qaida”.

Siguiendo adelante con las razones de Lagha para abandonar Italia, se alegó que viajó a Afganistán a comienzos de 2001, donde fue “enviado por el jefe de una red terrorista para que recibiera entrenamiento militar”, aunque también se dijo que viajó en abril de 2001 “tras sentirse inspirado para llevar a cabo la yihad” por un reclutador de una mezquita en Italia, y también se afirmó que viajó con un compañero que era “miembro de una red terrorista y un terrorista convicto”. Según la inteligencia militar estadounidense, su comunicante italiano le puso en contacto con un tunecino en la ciudad oriental de Jalalabad, quien había dirigido anteriormente el campo de entrenamiento de Durunta, y este hombre, a su vez, le presentó a otros dos tunecinos, un “supuesto” miembro del Grupo Islámico Armado Argelino (GIA) y otro conectado con Hezb-e-Islami Gulbuddin, una milicia afgana dirigida por Gulbuddin Hekmatyar, un renegado señor de la guerra fuertemente financiado por los estadounidenses en la década de 1980 y descrito ahora como un terrorista que “dirigía campos de entrenamiento terroristas en Afganistán” y que “organizaba ataques para obligar a las tropas estadounidenses a retirarse de Afganistán”.

Capturado en diciembre de 2001, tras cruzar desde Afganistán a Pakistán, se alegó que, tras su arresto, Lagha “había comentado a otros que venía de las montañas de Tora Bora”, aunque esto no prueba que estuviera en Tora Bora con los hombres de Osama bin Laden, y es posible que, como otros innumerables detenidos (muchos de los cuales están aún en Guantánamo), estuviera atravesando las montañas camino de Pakistán. El alegato más risible de todos era que “había visto a miembros de los talibanes en Afganistán”, un hecho que sólo un ciego podría eludir. La propia explicación de Lagha sobre su presencia en Afganistán se encontró en una sección de la “evidencia” descrita como “factores que favorecen la liberación o traslado”, en la cual se señalaba que había declarado que fue a Afganistán como turista, que pasó el tiempo “pescando y en actividades recreativas” en Jalalabad y que, una vez empezada la guerra, se fue de Afganistán. Insistió en que nunca se había entrenado en un campo en Afganistán, que nunca tomó las armas contra los estadounidenses ni contra nadie, añadiendo que “pensaba que el sistema de creencias de Al Qaida era extraño y que no eran buena gente”.

Extraer razones sobre su liberación de la confusa semi-narrativa presentada por las autoridades estadounidenses es desde luego absolutamente imposible. ¿Estaban sus conocidos realmente entre quienes las autoridades decían que estaban, o toda la historia revelada no era sino un conjunto de mentiras? ¿Quizá denunció a sus compañeros para escapar de Guantánamo o las autoridades le dejaron ir porque concluyeron que habían agotado ya cualquier dato útil para la inteligencia? Podemos no saberlo nunca. Sin embargo, lo que puede afirmarse con absoluta certeza es que intentar obtener un destello de verdad a través de una maraña de insinuaciones es un pobre sustituto, tras cinco años y medio, de un sistema más antiguo, más rápido y más efectivo: un tribunal con acusaciones adecuadas, evidencias transparentes, un proceso judicial, abogados de la defensa, juez y jurado.

Andy Worthington (www.andyworthington.co.uk) es un historiador británico y autor de “The Guantánamo Files: The Stories of the 774 Detainees in America’s Illegal Prison” (que Pluto Press publicará en octubre de 2007). Puede contactarse con él en: andy@andyworthington.co.uk

Fuente: http://www.counterpunch.org/worthington06222007.html

Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate.

Iraq es un país completamente sumido en las violaciones de los Derechos Humanos

Carta a Louise Arbour, Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas
Iraq es un país completamente sumido en las violaciones de los Derechos Humanos

Denis J. Halliday y Hans C. von Sponeck
IraqSolidaridad

Estimada Sra. Arbour:

Como ex Coordinadores de Naciones Unidas (NNUU) para Iraq [1], nos ponemos en contacto con usted para que tome las medidas necesarias en respuesta a la percepción generalizada del fracaso de NNUU respecto al cumplimiento del mandato sobre Derechos Humanos en Iraq.

Las muchas voces preocupadas por la ausencia, durante tantos años, de un Enviado especial de Derechos Humanos en Iraq, nos han animado a escribir esta carta. La Comisión de Derechos Humanos de NNUU no ha renovado el nombramiento del Dr. Andreas Mavrommatis después de que éste enviara su informe [sobre la situación de los Derechos Humanos] el 19 de marzo de 2004. Ni la Comisión (o Comité) de Derechos Humanos de NNUU ni el Consejo de Seguridad (CS) de NNUU han considerado que haya una razón de peso para incluir los Derechos Humanos en Iraq dentro de sus planes de trabajo. Los informes sobre Derechos Humanos de la UNAMI, pese a la importancia que tienen, no pueden considerarse el cumplimiento adecuado del mandato de NNUU sobre los Derechos Humanos. Iraq es un país completamente sumido en las violaciones de los Derechos Humanos —de lo que somos testigos a diario— cometidas por sujetos tanto del interior como del exterior [del país].

Negligencia y grave parcialidad

De hecho, la historia del seguimiento de NNUU sobre el cumplimiento de los Derechos Humanos en Iraq revela negligencia y una grave parcialidad. Durante los años de las sanciones (de 1990 a 2003), el mandato de NNUU en relación a los Derechos Humanos constituyó una injustificable y tendenciosa evaluación de la situación en Iraq al respecto. Max van der Stoel, para su propio desprestigio, asumió los sesgados términos establecidos sin ninguna objeción [2]. Su supervisión se limitó a revisar las acusaciones sobre las violaciones de los Derechos Humanos perpetradas por el [depuesto] gobierno de Iraq. Andreas Mavrommatis tuvo el valor de protestar y referirse a la política internacional de sanciones [económicas mantenidas por el CS de NNUU desde 1990] como una causa fundamental de las violaciones de los Derechos Humanos de la población de Iraq.

En junio de 2000, el catedrático Marc Bossuyt, actualmente juez del Tribunal de Arbitraje belga, transmitió a la Comisión de Derechos Humanos de NNUU su profunda preocupación sobre la legalidad de la política del CS de NNUU para Iraq: “[…] El régimen de sanciones impuesto a Iraq es inequívocamente ilegal a la luz de la vigente legislación humanitaria internacional y de la legislación sobre Derechos Humanos [3]. En aquel momento, no se produjo respuesta alguna a esas graves observaciones, ni de la Comisión de Derechos Humanos de NNUU ni de cualquier otro organismo de NNUU.

Tarde y a su pesar, su predecesor mantuvo una postura crítica pero muy cautelosa sobre el papel de NNUU en Iraq. Ni la Comisión de Derechos Humanos de NNUU ni la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de NNUU ni la vicesecretaria general de NNUU, Louise Frechett, encargada de la Comisión de Política de Iraq en Nueva York, no estuvieron a la altura de sus respectivas responsabilidades.

Daño inconmensurable de una política viciada

Como usted debe saber, nosotros decidimos dimitir de nuestros puestos de Coordinadores Humanitarios de NNUU por la imposibilidad de seguir aceptando que nuestra organización hubiera decidido asumir una postura interesada y en la línea dura respecto a las sanciones que castigaron, primero y fundamentalmente, a inocentes. El daño inconmensurable que la política viciada de NNUU sobre Iraq ha infligido a la sociedad iraquí es mucho mejor conocida ahora que en aquel momento. No obstante, este conocimiento sólo es accesible de forma limitada a través de las fuentes de NNUU, aunque es de dominio público gracias a la implacable labor de investigación de la sociedad civil. Como antiguos funcionarios de NNUU, esto nos resulta francamente inquietante.

Lo que nos impulsa a escribir esta carta es nuestra profunda preocupación de que, hasta la fecha, ni el CS de NNUU ni la Comisión de Derechos Humanos de NNUU han considerado su obligación aceptar su responsabilidad y llevar a cabo un estudio de la situación producida respecto a los Derechos Humanos durante los 13 años de sanciones. El papel que NNUU ha desempeñado durante todo este período se debe hacer público. Debido a que la infraestructura de Iraq sigue destruida —lo que constituye una negligencia penal de las potencias ocupantes—, el impacto de las sanciones se sigue sintiendo. De igual manera, estamos igualmente preocupados porque la Comisión de Derechos Humanos no haya logrado propiciar un debate sobre las atroces violaciones de los Derechos Humanos en Iraq bajo la ocupación.

Consideramos que es un derecho importante de la sociedad exigir tanto una evaluación como un debate sobre este asunto. Asimismo, sería primordial para la gestión futura de crisis semejantes, puesto que nosotros lo hemos visto y vivido de primera mano en Iraq.

Igualmente fundamental sería asegurar a la comunidad internacional que se exigirán responsabilidades a todos aquellos que hayan desempeñado un papel determinante en el destino de un pueblo, y no sólo a su gobierno.

Esperamos que usted, como Alta Comisionada de Derechos Humanos y una persona que se ha pronunciado con valentía sobre Iraq y sobre otros asuntos de Derechos Humanos, presione tanto al Comité de Derechos Humanos de NNUU como al CS de NNUU para los organismos más relevantes de NNUU incluyan los Derechos Humanos en Iraq en sus asuntos a tratar. El hecho de que desde la invasión [de Iraq de 2003] probablemente hayan muerto cerca de un millón de iraquíes, que cuatro millones o más se hayan convertido en desplazados o refugiados, que toda la infraestructura socioeconómica se haya derrumbado y que toda la nación esté traumatizada podrían ser razones suficientes para una implicación inmediata y urgente de NNUU.

Una declaración expresando su postura sobre la realidad en Iraq tendría, indudablemente, un impacto político significativo y tranquilizaría a todos aquellos que en el mundo la consideran a usted la defensora de la supremacía de los Derechos Humanos para la humanidad.

Reciba nuestros mejores deseos para su trascendental trabajo.

Saludos cordiales.

Hans C. von Sponeck y Denis J. Halliday

Notas de los autores y de IraqSolidaridad:

1. Denis J. Halliday fue Coordinador Humanitario de Naciones Unidas en Iraq de 1997 a 1998. Hans-C. von Sponeck fue Coordinador Humanitario de Naciones Unidas en Iraq de 1999 a 2000). Ambos dimitieron como protesta por la prolongación de las sanciones impuestas a Iraq por NNUU y por la manipulación del programa Petróleo por Alimentos por parte de EEUU y Reino Unido. Sobre su experiencia en Iraq, von Sponeck ha publicado un libro recientemente editado en español, Autopsia de Iraq (véase en IraqSolidaridad: Han C. von Sponeck: Las sanciones contra Iraq supusieron una violación consciente del Derecho Internacional. Las sanciones: otra forma de guerra y Carlos Varea: Hans C. von Sponeck detalla el mecanismo de aplicación de un genocidio premeditado. EEUU contra Iraq: del régimen de sanciones a la ocupación). De Halliday puede leerse en IraqSolidaridad: Denis Halliday: Naciones Unidas y su conducta durante la invasión y ocupación de Iraq .

2. Max van der Stoel, Comisionado de NNUU sobre los Derechos Humanos en Iraq antes de la invasión del país, fue acusado de parcialidad al servicio de los gobiernos de EEUU y Reino Unido a fin de favorecer la intervención militar en Iraq.

3. Véase E/CN.4/Sub.2/2000/33

Denis J. Halliday fue Coordinador Humanitario de Naciones Unidas en Iraq de 1997 a 1998. Hans C. von Sponeck fue Coordinador Humanitario de Naciones Unidas en Iraq de 1999 a 2000. Ambos dimitieron como protesta por las sanciones impuestas a Iraq por NNUU

IraqSolidaridad (www.iraqsolidaridad.org) Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Paloma Valverde

viernes, 1 de junio de 2007

La Resistencia afgana derriba un helicóptero de la OTAN

La Resistencia afgana derriba un helicóptero de la OTAN
PL

Un helicóptero de transporte de tropas Chinook de la OTAN resultó derribado por un misil en la convulsa provincia sureña de Helmand con saldo de 35 militares muertos, aseguraron hoy fuentes de la resistencia afgana.

Sin embargo, voceros de la organización belicista del atlántico norteño europeo comunicaron la caída la aeronave la víspera por causas desconocidas, aunque sólo admitieron la muerte de siete soldados.

En este contexto, un portavoz de los rebeldes afganos, Qari Mohammad Yusif Ahmadi, indicó telefónicamente a medios informativos que grupos de insurgentes abatieron con un misil antiaéreo uno de dos helicópteros que sobrevolaban la zona.

Ahmadi precisó que el aparato se incendió en el aire y luego se precipitó a tierra, y causó la muerte de 35 soldados que viajaban en la nave.

También afirmó que los rebeldes emboscaron a fuerzas terrestres de la OTAN que se dirigían al lugar del siniestro, pero sin precisar el número de bajas que ocasionó esa acción a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), liderada por la OTAN.

En su parte de guerra, la ISAF señaló que el helicóptero cayó en las cercanías de la ciudad de Kajaki, en Helmand, y que se investigan las causas.

Como es su costumbre, la ISAF omitió la nacionalidad de los soldados muertos que viajaban en el helicóptero, pero un oficial de la OTAN reveló que cinco de los fallecidos eran estadounidenses.

Con anterioridad, un helicóptero Chinook se estrelló en febrero último en la provincia sureña de Zabul y causó la muerte de ocho soldados de Estados Unidos.

Otros 16 soldados estadounidenses murieron en 2005 en la provincia sureña de Kunar cuando el helicóptero en el que viajaban resultó derribado por un misil disparado por insurgentes afganos.

Mientras arde Gaza

Mientras arde Gaza
Jaled Amayreh
Al Ahram Weekly

Traducido por Sinfo Fernández y revisado por Caty R.

Con mucha precaución, para asegurarse de que no se repitan los “errores” de la guerra del año pasado contra Hezbolá, el ejército israelí continuó bombardeando barriadas residenciales palestinas en Gaza y en las zonas de los alrededores, infligiendo muerte y destrucción a la población indefensa

El domingo pasado por la tarde, un bombardero F-16 israelí lanzó dos misiles sobre la casa de Jalil al Hayya, un diputado palestino que representa al Partido por la Reforma y el Cambio, partidario de Hamás.

Los misiles destruyeron su hogar asesinando al menos a seis miembros de su familia, incluidos su mujer y parte de sus hijos. Otras dos personas que visitaban el hogar de los al Hayya también fueron asesinadas en el ataque, que algunos oficiales israelíes sugirieron que estaba diseñado para causar “conmoción y pavor”. Sin embargo, al Hayya resultó herido.

Con anterioridad la fuerza aérea israelí llevó a cabo un número de ataques contra edificios del gobierno hiriendo a muchos civiles y causando incontables daños en la infraestructura.

El martes por la tarde los aviones de combate israelíes, incluyendo helicópteros Apache y aviones robot de vigilancia, bombardearon una serie de talleres del metal, afirmando que los negocios familiares estaban implicados en la fabricación de misiles Qassam.

Alrededor de 30 palestinos resultaron heridos, la mitad de ellos estaban desarmados y no tenían conexión alguna con ningún grupo armado. Los israelíes declararon que los ataques eran la respuesta a una descarga de misiles Qassam que fueron lanzados hacia algunas ciudades israelíes, como Sderot, cerca de la frontera con Gaza.

Sin embargo, los Qassam son notoriamente imprecisos y aunque hagan mucho ruido y humo y causen alguna destrucción, han matado a muy poca gente. Por eso están considerados por los israelíes y por muchos palestinos fundamentalmente como un arma psicológica que fomenta un sentimiento colectivo de ansiedad entre la población israelí, especialmente la de Sderot.

Esta ansiedad se vio exacerbada cuando murió una mujer israelí en Sderot. Hasta entonces, ésta fue la única baja causada por el lanzamiento de más de 60 Qassam, un testimonio claro de la relativa ineficacia de esos proyectiles.

En efecto, la mayoría de las “víctimas” israelíes han sido personas que sufrían de shock. Pero si alguien que “sufre un shock” es considerado como “un herido” o “una víctima”, entonces los palestinos pueden, con todo el derecho, declarar que toda la población de Gaza (casi un millón y medio de personas) está sufriendo shocks mucho mayores debido a los bombardeos casi diarios y las matanzas indiscriminadas a los que están sometidos.

No hay duda de que el motivo fundamental de la reciente incursión israelí en Gaza tiene mucho que ver con el deseo del gobierno israelí de compensar los fracasos de la guerra de Líbano y poner en marcha las recomendaciones de la Comisión Winograd. Esto siguió a las fuertes críticas contra la dirigencia político-militar por la Comisión, que hizo públicas acusaciones de mala administración y afirmó que esta actuación había permitido a Hezbolá infligir bastantes bajas a la parte israelí.

Algunos observadores especularon con que los desproporcionados ataques contra Hamás, unido a las renovadas amenazas de asesinar el Primer Ministro palestino Ismail Haniyeh y al jefe del politburó de Hamás, Jaled Mashaal, constituyen una activa intervención israelí en las confrontaciones intermitentes entre Hamás y la llamada “tendencia pro-estadounidense” dentro de Fatah, encabezada por Mohamed Dahlan.

En efecto, los dirigentes militares israelíes dudaron de atacar a Hamás mientras estallaban las luchas internas entre las dos organizaciones palestinas. Sin embargo, cuando amainaron, el ejército israelí se dirigió específicamente contra Hamás.

La semana pasada el periódico israelí Haaretz informó de que, de forma anónima, algunos gobiernos occidentales, incluyendo presumiblemente a EEUU, habían pedido a Israel que ayudara a Fatah a derrotar a Hamás, siguiendo el ejemplo de la intervención etíope en Somalia contra los anteriores combatientes de la Unión de Tribunales Islámicos.

Fatah rechazó airadamente esas acusaciones como si la veracidad de las mismas pudiera situarle como apoderado de los israelíes y estadounidenses luchando contra los patriotas palestinos.

El domingo, Urayeb Rantawi, un comentarista palestino que vive en Jordania, urgió a Fatah a confirmar su raison d’être y clarificar sus objetivos. “Queremos saber, el pueblo palestino quiere saber, si Fatah sigue siendo aún el glorioso movimiento de liberación de sus comienzos que mantuvo la lucha por la libertad y la liberación durante décadas o se ha convertido en un grupo israelizado que está siendo financiado y armado por EEUU e Israel”

Mientras tanto, los últimos enfrentamientos entre Fatah y Hamás parecen haber terminado por ahora, debido principalmente a los intensos esfuerzos de mediación egipcios. Sorprendentemente no ha habido esfuerzos de mediación por parte de otros estados árabes.

Los últimos combates, que han durado más de una semana, dejaron hasta 45 palestinos muertos y muchos más heridos. Además, la lucha exacerbó el abismo psicológico entre los dos movimientos y puede haber determinado el escenario de futuras confrontaciones armadas si no se adoptan soluciones globales en un futuro próximo.

El periodista de Gaza Salah Al-Naami, un experto en temas israelíes y corresponsal del periódico panarabista con sede en Londres Al-Sharq Al-Awsat, escribió el lunes pasado que: “A menos que Hamás y Fatah acuerden una asociación auténtica, el último alto el fuego será una mera pausa o un breve respiro en la lucha fratricida”.

Al-Naami sugirió también que se podrían adoptar las formas tradicionales de reconciliación entre los clanes y familias de Gaza que han perdido hijos en esos enfrentamientos con el “dinero sangriento” o diyya, que se paga a todas y cada una de las familias afectadas.

Al-Naami llamó a los estados árabes ricos a emprender esa tarea, diciendo que una empresa así podría representar un tratamiento radical del problema.

Políticamente también es seguro suponer que esas confrontaciones se reanudarán más pronto que tarde si las fuerzas y milicias responsables ante Dahlan y la Fuerza Ejecutiva de Hamás continúan rechazando responder ante el Ministro palestino del Interior.

En efecto, debido a ese rechazo, Hani Al Qawasmeh, anterior Ministro del Interior, dejó de forma airada su puesto recientemente, argumentando que las milicias ignoraban las órdenes provenientes del Ministerio del Interior.

Yendo más al grano, es también imperativo que el liderazgo palestino se asegure de que las fuerzas de Fatah corten todos los contactos y coordinación con los representantes estadounidenses, tales como el Coordinador de Seguridad de Estados Unidos ante la AP e Israel, Keith W. Dayton, que no disimula su deseo de avivar el fuego de la guerra civil entre palestinos, aparentemente con el propósito de servir a los intereses de Israel.

Jaled Amayreh es un periodista independiente palestino que vive en Jerusalén Este.

Sinfo Fernández y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión y Cubadebate. Caty R. además es miembro de Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, la traductora y la fuente.

Original en inglés: http://weekly.ahram.org.eg/2007/846/re71.htm

Cheney, Israel e Irán

Frustrado con Bush, el vicepresidente insta a Israel a atacar Irán
Cheney, Israel e Irán

Gary Leupp
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


“Actualmente hay una carrera entre diferentes flancos del gobierno para determinar el curso futuro de la política USA-Irán,” escribe Steven C. Clemens, conocedor de lo que sucede en Washington, en su blog Washington Note. “En un flanco están los diplomáticos, en el otro está el equipo del vicepresidente Cheney y sus acólitos – que pueblan una franja bastante ancha que pasa por la burocracia de la seguridad nacional estadounidense.” Es “inquietante” porque “la persona en el gobierno de Bush que más quiere un conflicto ‘caliente’ con Irán es el vicepresidente Cheney.”

Clemens cita a un ayudante de Cheney diciendo “que el propio Cheney está frustrado con el presidente Bush y cree, de modo muy similar a Richard Perle, que Bush está cometiendo un error desastroso” al apoyar la actitud diplomática hacia Irán que aparentemente prefiere el Departamento de Estado. Así que Cheney planea emprender una “estrategia de carrera directa hacia el objetivo” esquivando al presidente (que actualmente se tambalea más hacia los “realistas” de Condi Rice que hacia los neoconservadores de Cheney) si su flanco no prevalece y Bush resiste a las exigencias de los neoconservadores y del lobby de AIPAC para un enfrentamiento sangriento.

“El pensamiento del equipo de Cheney es coludirse con Israel, dar a Israel un codazo aprobatorio en algún momento crucial del actual impasse entre las actividades nucleares de Irán y la frustración internacional al respecto, para que lance un ataque convencional a pequeña escala contra Natanz, utilizando misiles crucero. Esperaría que esta estrategia provoque un contraataque iraní contra fuerzas de USA en el Golfo que baste para obligar a Bush a abandonar el camino diplomático que propugnan los realistas del gobierno y a que se lance a otra guerra.”

Es el artículo más aterrador que haya leído desde hace tiempo, junto con la última columna de Justin Raimondo en antiwar.com que se basa en él. Raimondo, citando una reciente entrevista de CNN con Seymour Hersh, vincula a Cheney y al Consejero Adjunto de Seguridad Nacional Elliott Abrams (actualmente el neoconservador más poderoso en el gobierno) con el apoyo de USA para la milicia suní Fateh al Islam en el Líbano como un medio para debilitar a Hezbolá. “George W. Bush,” declara, “está totalmente fuera de circuito” en lo que Raimondo llama “el gobierno de Cheney.”

Estos informes suenan a verdad, me parece. Bob Woodward ha documentado, citando a Colin Powell, cómo Cheney y su pandilla neoconservadora formaron “un pequeño gobierno separado” en 2002 a fin de organizar el ataque contra Iraq, precedido por una campaña de desinformación que el estúpido en la Oficina Oval podría perfectamente haber tragado ansiosamente y sin cuestionar nada. Cheney declaró en el show de Don Imus en MSNBC en enero de 2005, que “en vista del hecho de que Irán tiene una política declarada cuyo objetivo es la destrucción de Israel, los israelíes perfectamente podrían decidir actuar primero, y dejar que el resto del mundo se preocupe después de limpiar el lío diplomático.” Implicó que si USA no actuara contra Irán, los israelíes podrían tener que hacerlo y tendrían razón. Los propugnadores de AIPAC y de los thinktank neoconservadores de un ataque contra Irán cuentan con la comprensión de legisladores de ambos partidos. A pesar de contratiempos y de lo que la gente pensante pueda ver como el desprestigio total de la facción neoconservadora resultante de la denuncia de las mentiras del gobierno, el amplio plan neoconservador (la imposición de regímenes favorables a USA, amistosos hacia Israel, en todo el Sudeste Asiático) sigue estando a la orden del día.

Cheney, dice Clemens, está frustrado con Bush. Tal vez la relación entre mentor y discípulo de la que gozó con el presidente más joven, confiado, ignorante e impresionable se ha debilitado con el tiempo. Tal vez sea posible que Bush haya creído verdaderamente los trozos de desinformación colocados sobre su escritorio por Douglas Feith, Abram Shulsky y los otros operadores de la Oficina de Planes Especiales que ahora han sido todos tan claramente desenmascarados, y ahora que ahora culpe a Cheney y a sus neoconservadores por su embarazo. Tal vez su querida amiga Condi lo esté urgiendo para que cuestione el buen juicio de Cheney sobre la política en Oriente Próximo. Y tal vez el vicepresidente más poderoso de la historia de USA esté realmente impulsando una “estrategia de carrera directa hacia el objetivo” para realizar la agenda neoconservadora, dejando a Bush fuera de circuito.

Ha quedado en claro por lo menos desde hace cinco años que Cheney, la figura clave en este gobierno dirigido formalmente por un sujeto perdidamente confuso que sigue aprendiendo a hablar, quiere llevarlo a expedir las órdenes necesarias para derribar a los gobiernos iraní y sirio y aplastar a sus aliados en el Líbano y Palestina. Él y su jefe de equipo "Scooter" Libby, junto con Perle y toda la cabala, parecían estar tener la situación bajo un control perfecto hasta que el pueblo iraquí a través de su resistencia contra la ocupación llevó al pueblo estadounidense a darse cuenta de lo que cuesta la agresión imperialista y creó una oportunidad para el periodismo crítico en una atmósfera fascista incipiente. Ahora existe definitivamente una “carrera en vías de ejecución” no sólo entre dos facciones del gobierno sino entre el movimiento contra la Guerra y el movimiento de Apocalipsis Ahora encabezado por Cheney.

Inmediatamente después del 11-S Cheney habló de una guerra que duraría generaciones, comparable con la Guerra Fría, una guerra que no se limitaría a una reacción contra al-Qaeda sino que tendría objetivos múltiples y cambiantes. Es un hombre bien consciente de su mortalidad, a los 66 años, después de cuatro ataques cardíacos, que se siente cómodo generando esa guerra artificial no provocada basada necesariamente en la ignorancia y la islamofobia. Probablemente sabe que aunque desencadene el infierno total sobre el Sudoeste Asiática podrá morir confortablemente rodeado por sus nietos. Con aire de suficiencia se siente seguro de que nunca enfrentará la suerte de un Tojo Hideki o de un Heinrich Himmler. Probablemente tiene razón en esto, pero es seguro que es impugnable, incluso sobre la base de lo que Clemens sugiere que podría constituir una “insubordinación criminal” contra el necio de su jefe.

El mes pasado el representante Dennis Kucinich presentó una resolución en la Cámara de Representantes para impugnar a Cheney, en parte porque ha “amenazado abiertamente con la agresión contra la República de Irán, sin que haya ninguna amenaza real contra USA, y lo ha hecho con la capacidad demostrada de USA de ejecutar amenazas semejantes.” ¿No aumentan estos últimos informes el caso contra ese monstruo, y subrayan la urgencia de impugnarlo?

Gary Leupp es profesor de historia en la Universidad Tufts, y profesor adjunto de Religión Comparativa. Es autor de “Servants, Shophands and Laborers in the Cities of Tokugawa Japan”; “Male Colors: The Construction of Homosexuality in Tokugawa Japan”; e “Interracial Intimacy in Japan: Western Men and Japanese Women, 1543-1900.” También colaboró con la despiadada crónica de CounterPunch sobre las guerras en Iraq, Afganistán y Yugoslavia: “Imperial Crusades.” Para contactos escriba a: gleupp@granite.tufts.edu

http://www.counterpunch.org/leupp05262007.html