viernes, 16 de marzo de 2007

El TAV: “Una de las obras más impactantes en el medio ambiente de la historia de Euskal Herria"
¡Paremos!

Joxe Iriarte
1.- Estraigo del informe, que en la coordinadora de “AHT-rik ez! Elkarlana” estamos elaborando sobre las graves consecuencias que tendrá la construcción del TAV: “Una de las obras más impactantes en el medio ambiente de la historia de Euskal Herria... nada menos que aproximadamente 460Kms de nuevas lineas de Alta Velocidad en la reducida superficie de nuestro país: 194 kms corresponden a la “Y vasca”; otros 200kms al “Corredor Navarro” proyectado en dirección hacía Zaragoza; y otros 71 kms a la nueva línea de Alta Velocidad Dax-Behobia...
Una infraestructura tan poco flexible –diseñada por ejemplo para velocidades de 250Km/h en la “Y vasca”, que se eleva a velocidad máxima de 280Km/h en el tramo gipuzkoano Antzuola-Andoain y a 350Km/h en el Corredor Navarro al Sur de Iruñea-- significaría necesariamente los ejemplos más duros y agresivos de todas las infraestructuras de transporte, obligando a la ejecución de enormes desmontes, trincheras, túneles, viaductos y terraplenes que conllevan profundas agresiones al medio natural…

2. En la reciente encuesta propiciada por Elkarlana y realizado por un grupo de sociólogos aparecen dos datos muy reveladores. Por un parte, queda claro, la desinformación imperante en relación a dicho proyecto, y que a mayor información aumenta el número de críticos y contrarios. En entre sus partidarios (de los cuales la casi totalidad confiesa no conocer el alcance real de los perjuicios) prima la idea de que es proyecto es bueno, porque favorece al “progreso” de la sociedad.
Merece la pena detenerse ante esta opinión, muy arraigada y relacionada con la modernidad, y que entendida de forma lineal y acritica, impide valorar en su real dimensión los graves problemas creados por el sistema capitalista y agudizado con la globalización neoliberal.
Frente a esa idea de progreso, el filósofo, Manuel Reyes Mate, incide en la idea del frenazo. El nuevo nombre de revolución, entendiendo por ello el sueño de felicidad de todos, los hombres, también de los hasta ahora marginados de ella, no es acelerar el ritmo de investigación, de innovación o de producción; no es apresurase a sustituir viejas estructuras por nuevas, sino tirar del freno de emergencia, parar esta loca carrera hacia la nada.

Santiago Alba Rico, extiende la reflexión a varios terrenos: La primera y radical trasformación del mundo que debemos de abordar es la de conservarlo. Ya hemos “progresado” lo suficiente; de hecho hemos progresado tanto que hemos dejado atrás algunas estaciones correspondientes a Otros Mundos Posibles modestamente superiores a ésta. Ahora se trata de... parase”
Frente a la utopía con dientes y sobre ruedas del capitalismo, los movimientos antiglobalización y el nuevo socialismo deben articular una respuesta al mismo tiempo revolucionaria, reformista y conservadora... Debe de trasformar la estructura de la propiedad y la distribución de riqueza que la acompaña. Debe de aprovechar y corregir algunos de los “progresos de la razón” cristalizados en instituciones que solo pueden funcionar bien fuera del capitalismo, pero que deben de cumplir bien su papel. Y debe finalmente conservar las cosas, ecológica y antológicamente amenazadas, y las buenas relaciones humanas que entorno a ellas se traban…
Y Paco Fernández Buey, propone, iniciativas concretas en los planos sociocultural y sociopolítico tendente a poner de manifestación la inviabilidad de la civilización expansiva y biocida; propuesta que ha de incluir iniciativas, con carácter positivo, alternativo, también sobre los grandes problemas socioecológicos de nuestras ciudades (acumulación de residuos, ordenación de trafico rodado, diversos tipos de contaminaciones medioambientales, regulación urbanística, etc.

3. Hace ya mucho tiempo, K. Marx definió de la siguiente forma al mundo moderno: Es una gigantesca acumulación de mercancía. O, lo que es lo mismo, una gigantesca acumulación de valor… pero el valor no aguarda proporción con la utilidad de los objetos, resultado, no circula lo que vale, sino que vale únicamente lo que circula.
Con la globalización, la dislocación de territorio, la deslocalización de los centros productivos y la movilidad de trabajadores y mercancías para el consumo, ha disparado de forma exponencial el transporte. Así un incesante movimiento de maquinas y excavadotas van destrozando nuestro entorno, entendiendo urbanizaciones sin limite, creando nuevos polígonos industrial y nuevas redes de carreteras y autopistas, que se saturan al poco de inaugurarlas, sumando nuevos impactos al hiperlimitado territorio que es Euskal Herria.
Todo ello nos empuja hacia una abigarrada metrópoli, una mas de las tantas, que están surgiendo a lo largo y ancho del planeta, y sobre la cual, los políticos, incapaces de invertir la tendencia, pero si de darle un falso envoltorio de racionalidad y coherencia empiezan a llamar Eusko-Hiria; según algunos, nuestro verdadero acceso a la modernidad y a la pluralidad de culturas. Un opiunión simplista, que no tiene en cuenta la dislocación de las relaciones culturales, afectiva y humanas producto de la brutal reestructuración del espacio y del tiempo, cada vez mas acogotado por todo tipo infraestructuras y urbanizaciones aisladas entre si, que nos hacen dependientes del automóvil, verdadero dueño y señor de la ciudad.
4. El TAV, es sin duda, por su magnitud (en tanto de que infraestructura) y consecuencias (impacto ecológico y presupuesto económico pero totalmente inoperante como alternativa al automóvil), el banderín o icono de esta drogadicción desarrollista, a lo cual, solo le aplican remedios paliativos que enmascaran su gravedad, camuflando lo insostenible con falso discurso de sostenibilidad.
Un grito nuevo debe de brotar de nuestras gargantas: ¡paremos y reflexionemos!.. y eso vale también para el TAV. Diga lo que diga la señora Lopez de Gereñu y todos los que dicen que nos es hora de debates sino de manos a la obra.

Joxe Iriarte, Bikila
Miembro de Zutik y de AHTrik ez-Elkarlana

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